miércoles, 6 de febrero de 2008

Repara tus persianas estropeadas

Que las persianas estén en perfecto estado es fundamental para mantener nuestras estancias a la temperatura adecuada y con la luz que más nos interese para cada ocasión. Son muy útiles para contrarrestar el frío del invierno y el calor del verano, y gracias a ellas mantendremos intactos nuestros cristales durante más tiempo.

En el mercado podemos encontrarnos con muchas variedades de persianas, pero quizás sean las enrollables las que más se usen por su buena calidad y su larga duración. Debido al uso que les damos, en ocasiones pueden sufrir ligeros desperfectos. En este caso no es necesario que cambiemos toda la persiana, nosotros mismos podemos arreglarlas y aprovecharnos de sus ventajas por más tiempo sin gastarnos mucho dinero.

Sustituir una lama vieja
La mayoría de las persianas que se ponen en las casas son de PVC. Un fallo que suele presentar este tipo de material es el deterioro de las lamas con el paso del tiempo. Cambiarla no resulta demasiado complicado; hazte con una lama nueva y sigue los siguientes pasos:

Lo primero es desatornillar la caja de la persiana y los topes inferiores para que puedas sacar la persiana por arriba. Cuando la tengas fuera, despliégala hasta donde esté rota y quita todas las lamas que están por debajo. Una vez hecho esto, deberás sustituir la lama en mal estado por la nueva y colocar la persiana, asegurándote que está bien nivelada.

El siguiente paso es recoger la persiana girando el eje y alineando bien las lamas. Puede que en este momento necesites ayuda, ya que la persiana puede ser algo pesada. Alguien puede sujetarla, mientras tú colocas adecuadamente las lamas. Ahora ya puedes introducir de nuevo la persiana en su carril. No olvides poner los topes y cerrar adecuadamente la tapa. Tu persiana ya está lista.

Arreglar la cinta rota
Otro de los problemas más comunes es que se rompa la cinta que nos permite subir y bajar las persianas haciendo que ésta quede caída. Para repararla necesitaremos un destornillador, un taladro, un par de tornillos y clavos, y una pieza para sujetar.

Como en el caso anterior lo primero que tenemos que hacer es quitar la tapa del tambor. Después fijaremos la cinta con un clavo en la parte de arriba del mecanismo de recogida para poder soltar la persiana sin que el eje esté en continuo movimiento.

Cuando ya lo tenemos todo preparado soltamos la cinta por la parte de abajo y sacamos la persiana por arriba tirando hacia nosotros. Lo siguiente es sacar la cinta estropeada, asegurándonos de tener bien sujeta la persiana.

Ya sólo nos queda enganchar la nueva cinta, introduciendo las lengüetas metálicas en las ranuras del eje. En este momento, podemos pasar a cerrar la caja y volver a usar nuestra persiana con normalidad.

Con un poco de tiempo y unos cuantos materiales bastante básicos hemos conseguido alargar la vida de nuestras persianas enrolladas. Aunque este tipo nos parezca clásico, las nuevas tendencias en decoración nos ofrecen una amplia gama de colores para este modelo, que harán de nuestras habitaciones lugares más alegres y originales. Sólo depende de nuestros gustos personales.

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